Los labradores retrievers se reconocen fácilmente por su cabeza ancha, orejas caídas y ojos grandes y expresivos. Dos características distintivas del labrador son su pelaje doble, grueso pero bastante corto, muy repelente al agua, y la conocida "cola de nutria". La cola es gruesa y robusta y se extiende desde la línea superior casi recta. Las patas se describen como "palmeadas", con piel más larga entre los dedos para facilitar la natación. El color puede variar desde el negro hasta el chocolate, pasando por el rojo/amarillo o incluso casi blanco. El labrador retriever es una raza de maduración moderadamente rápida, que alcanza la altura adulta entre los seis y los doce meses, pero posiblemente siga creciendo hasta los dos años de edad. Muchos labradores alcanzan la edad de 12 a 14 años.

En general, los labradores retrievers son excelentes perros de familia, siempre y cuando se tenga en cuenta su necesidad de ejercicio y entrenamiento. Son perros criados para trabajar duro y les encantan las tareas, especialmente cobrar. Los labradores suelen llevarse bien con otros perros, otras mascotas y niños, siempre que el entrenamiento haya moderado su exuberancia natural. Son perros fuertes y necesitan entrenamiento de obediencia desde pequeños; de lo contrario, se les puede ver arrastrando a sus dueños por la calle a voluntad. Debido a su naturaleza enérgica, los labradores que se quedan solos o que no hacen suficiente ejercicio pueden volverse destructivos: mastican, excavan y ladran en exceso. Los perros de campo son especialmente enérgicos, mientras que algunos de los perros de exhibición se vuelven perfectos para el sofá desde pequeños. Masticar puede ser un problema porque su fuerte impulso de cobrar les provoca una fijación oral. Los juguetes resistentes para masticar, el ejercicio y el entrenamiento ayudan con esto.

Obviamente, los labradores poseen varios rasgos encantadores, de lo contrario no serían tan populares. Son inteligentes y bastante fáciles de entrenar, en parte gracias a su deseo de trabajar con personas. Son fáciles de cuidar y pueden llegar a tener sobrepeso si no se les hace ejercicio y no se ajustan las porciones de comida según sea necesario. Los labradores son excelentes perros de familia porque les gusta estar con personas y muchos no se adaptan bien a las perreras. Los labradores tienden a proteger a sus familias y hogares, pero también suelen estar encantados de recibir compañía. Con su fuerte instinto de cobro, pueden convertirse en mordedores destructivos si no se les proporcionan los juguetes y la orientación adecuados. Los labradores tienden a morder a las personas y la solución suele ser simplemente darles un juguete para que lleven consigo, ¡así que ya tienen la boca llena! Son perros muy fuertes y es necesario un entrenamiento temprano para que caminen bien con correa. El maravilloso pelaje doble que mantiene al labrador abrigado mientras cobra en agua helada también le da a esta raza una excelente reputación como perro que muda. Normalmente, su pelaje se desarrolla bien con un cepillado semanal rápido, pero en época de muda es necesario un cepillado diario. La cantidad de ejercicio que necesitan varía según la línea: los perros de campo pueden correr todo el día, mientras que los de exhibición solo necesitan ejercicio moderado.

A principios del siglo XIX, algunos de los perros multiusos utilizados por los cazadores en Norteamérica (principalmente en Canadá) fueron enviados de vuelta a Inglaterra. Muchos de estos "perros de agua" eran del tipo Terranova, pero los más pequeños solían denominarse perros "de San Juan". En Inglaterra, la raza se desarrolló y perfeccionó (probablemente con la influencia de los retrievers de pelo liso) hasta convertirse en la raza que conocemos hoy. Como su nombre lo indica, los labradores retrievers fueron criados y seleccionados por su excepcional capacidad de recuperación, especialmente en el agua. Han colaborado con cazadores de patos en todo tipo de climas y condiciones. Su inteligencia y su deseo de colaborar con el hombre les han permitido desarrollar muchos otros trabajos y convertirse en mascotas populares. Hoy en día, los labradores destacan como perros de servicio y guía, mascotas familiares, perros de rastreo para el ejército, perros de aduanas y de grupos de trabajo contra incendios, perros de búsqueda y rescate, así como compañeros de caza y perros de competición. El buen carácter de la raza la ha catapultado al primer puesto en popularidad en Estados Unidos, una posición que pretende mantener. A pesar de su fama como mascotas de interior, se sienten aún más a gusto en el exterior. Hay que recordar siempre que los labradores son perros de agua de corazón y, desde pequeños, los cachorros muestran un fuerte deseo de llevar cosas consigo y una fuerte atracción por el agua, ¡incluso los charcos!